Micro

Michael Crichton y Richard Preston

¿Has pensado alguna vez en la cantidad de vida que puede albergar un centímetro cúbico de tierra? ¿Y si tuvieses que sobrevivir a la selva hawaiana teniendo solo dos centímetros de altura? Esta es la tercera novela de Crichton que pasa a engrosar el volumen de mi biblioteca y debo decir que en comparación a sus trabajos anteriores este libro es un pobre intento y una verdadera decepción, no es el Crichton que encontramos por ejemplo en “Rescate en el tiempo” con esa mente tan preclara e incisiva en su planteamiento.

Para terminar el libro, Michael Crichton pasa la batuta tras su muerte a la mano de Richard Preston y la verdad se nota… Qué se yo, a veces es mejor solo que mal acompañado.

La trama promete para mucho cuando te la planteas pero al leerlo da la sensación de tener una historieta de ciencia ficción barata entre las manos, vamos a ver, estamos hablando aquí del maestro creador de “Rescate en el tiempo”, “Parque Jurásico” y “Esfera” pero cuando tomas la lectura de “Micro” el lector conocedor de la prosa de Crichton notara inmediatamente que han quedado bien atrás esas magistrales obras y nos encontramos ante un muy chapucero intento de ficción científica. Todo está tan poco hilvanado que la trama termina teniendo un montón de agujeros, a saber… Un grupo de jóvenes científicos de post-grado de la universidad de Cambridge que trabajan en distintas áreas de los laboratorios de biología se verán envueltos en las maquinaciones megalómanas y desquiciadas del codicioso director de una empresa de micro tecnología y farmacéutica llamada Naningen, cuando son reclutados para participar en investigaciones que revolucionarían la microbiología como la conocemos, tras el descubrimiento que uno de los jóvenes hace sobre el posible asesinato de su hermano bajo el complot del director de Naningen, este último los encoge a todos y se deshace de ellos dejándolos perdidos con dos centímetros de altura en la selva Hawaiana; donde tendrán que sobrevivir y pasar penurias para recuperar su tamaño y salvar el pellejo… dicho así te emocionas y ya quieres tomar el libro y volcarte en sus páginas pero a medida avanzamos nos damos cuenta del error cometido. La tecnología que permite el portentoso prodigio de encoger a los objetos y a las personas a tamaños verdaderamente reducidos, queda tan poco descrita, tan inconscientemente pasada por alto que resulta ser un mero punto y coma en la historia cuando estamos hablando del artilugio que hace posible toda la trama. No encontraremos aquí las amplias y estructuradas descripciones lógicas de entregas anteriores. Los personajes son tan poco creíbles que resultan vomitivos, superficiales en grado sumo, predecibles hasta lo ridículo sin motivaciones profundas que nos permitan establecer una conexión con ellos… lo mismo se mueren y no nos damos cuenta. Lo único que podríamos rescatar del libro es que le permitirá al lector más ligero de imaginación recrear las aventuras del grupo, viéndose envuelto en las peripecias por sobrevivir en el hostil mundo poblado de insectos y peligros de envergaduras descomunales. El ritmo de la acción es lo único que hará que no abandones la lectura de “Micro”.

Y entonces…

Lo siento, pero no voy a alargarme más con esta reseña. El libro me pareció bastante mediocre, si lo terminé de leer fue primero por respeto al gran maestro de la ficción científica Michael Crichton que ya antes me había deleitado con su prosa y segundo para poder escribir la reseña con propiedad y conocimiento. Muy por debajo de las expectativas que genera el buen nombre del autor.

Me quedo con: la ilusión que me hizo cuando leí la sinopsis de la contraportada, y más nada…

No me gusto que: parece que estés leyendo la historieta que compras los domingos con el periódico. A ver que quizás me estoy poniendo muy exigente, pero vamos, que estamos aquí para retar nuestra mente.

¿Lo recomendaría? No, esta vez no. Para los que quieran introducirse a la lectura o la ciencia ficción por favor inicien con algo que tenga más consistencia, “Rescate en el tiempo” por ejemplo, para los que son fanáticos de Michael Crichton si aún no han leído “Micro” ahórrense la decepción