Ricardo Guzmán Woffer
¿Quién no disfruta secretamente de un gélido escalofrió de terror de vez en cuando? ¿A caso no se vuelve un poco lúdico dar un vistazo a los horrores antiguos para maravillarnos? Me considero y declaro fiel seguidor de los horrores vertidos por la mente de H. P. Lovecraft, y desde acá mando un fraternal saludo a todos aquellos avezados lectores que reconocen de inmediato el sacrílego nombre de Cthulu
apresado en la mil veces maldita R’lyeh. Dicho lo dicho, no cabe duda que jamás dejaría pasar la oportunidad de devorar un buen recopilatorio de los relatos del atormentado Lovecraft, y este en particular es uno muy bueno.
En “Novelas de Terror de H. P. Lovecraft”
Woffer nos obsequia con tres relatos muy bien seleccionados y que no pierden ni
un ápice de la magnificencia de la pluma de Howard, este libro contiene: “La
fantástica búsqueda de la desconocida Kadath”, “La casa maldita” y “En las
montañas de la locura” las tres novelas cortas hacen gala de los demonios y
misterios que la prosa de Lovecraft es capaz de conjurar y las tres poseen un
ritmo que mantiene al lector muy al tanto de cada recoveco de la narración.
Lovecraft es el padre de un universo trepidante, basto y habitado por miríadas
de criaturas y horrores, lleno de historias antiguas que bien podríamos
clasificar en tres ciclos: Ciclo de Los Antiguos, Ciclo de Cthulu y Ciclo del
Necronomicón pues es con estos tres entes con los que están relacionados los
relatos del universo de Howard; digo esto porque al ser tan grande e
interconectado este universo literario, el lector neófito podría dudar de tomar
este libro por desconocer personajes o situaciones, así que es mi deber decir
que, salvo en el caso de “La fantástica búsqueda de la desconocida Kadath”, no
es imprescindible haber leído a Lovecraft anteriormente. Talvez con una
sinopsis ligera de cada novela corta entenderán porque.
“La fantástica búsqueda de la desconocida
Kadath”: relata el viaje onírico de un muy experimentado soñador llamado
Carter, quien habiendo visto en repetidas ocasiones una dorada ciudad onírica
de la que queda perdidamente fascinado, decide emprender su búsqueda. El asunto
se complica pues es necesario para ello visitar a Los Dioses Otros, los
antiguos y terroríficos seres antes del tiempo quienes habitan el palacio en
las cimas de la desconocida y prohibida Kadath, para llegar hasta ellos Carter
viaja por varias regiones del universo onírico y durante el viaje pide ayuda a
seres fantásticos y en algunas ocasiones oscuros tales como gules y demás
criaturas, se ve envuelto en lances que por poco le cuestan la vida participando
en una guerra protagonizada por gatos o siendo apresado y casi ofrendado en
sacrificio al perverso Nyarlathotep. Es en fin un relato de bastante acción y
de peligros acechando en cada paso en virtud de las temidas criaturas que
habitan esa desgarrada dimensión, y es precisamente ese bestiario y geografía
la que resultara nueva y confusa para un lector que no haya cursado algún otro
ejemplar de Lovecraft o algún libro de temática similar; sin embargo para nada
resulta imposible de leer, y salvo matices enriquecidos por este conocimiento
previo del universo Lovecraftiano no perderemos la trama principal que
desemboca en un inesperado y escalofriante final, digno del fantástico autor.
“La casa maldita”: en esta novela corta, un
hombre nos relata en primera persona las sórdidas noches que transcurrieron
junto a su tío tratando de exorcizar la horrible y oculta criatura que,
enterrada en el sótano de una casa en Back Street en la ciudad de Providence,
contaminaba y drenaba la vida del lugar. Comienza por relatarnos la cronología
de sucesos que delatan la sombría acechanza de una maldición que pesa sobre la
casa y sus habitantes, nos cuenta sucesos terribles y paranormales
protagonizados por sus dueños o inquilinos y como se van sucediendo una muerte
tras otra en las condiciones más dolorosas y enigmáticas. Poco a poco los
sucesos y pistas convergen y nuestro protagonista decide deshacerse de la
maligna presencia. Los detalles de especial terror narrados, comienzan a
volverse más sombríos y solicitando el apoyo de su tío, pasan la noche en el sótano
de la casa maldita con el fin de destruir lo que ahí habita… el desenlace tétrico
está cargado de dicotomía y sin duda es uno muy poco habitual en los haberes de
este autor.
“En las montañas de la locura”: nos invita
escuchar la desesperada advertencia de un investigador que intenta evitar una próxima
expedición a los círculos más lejanos de la Antártida pues, según testifica, un
horror insondable se esconde tras las cumbres blancas del gélido lugar. Para
tratar de disuadir al lector, el protagonista relata con pesar los desquiciados
días que transcurrieron cuando junto a un grupo de investigadores y bajo el
patrocinio de la Universidad de Miskatonic, él mismo realizo una expedición a
la inhóspita Antártida y tras establecer su base, y luego de un par de periplos,
un grupo de avanzada comienza a desvelar extraños indicios de un pasado
pavoroso y terriblemente lejano. El hallazgo de unos extraños fósiles, sin
lugar a duda orgánicos, pero que no coinciden con absolutamente nada conocido
en el registro biológico despierta la curiosidad de los exploradores quienes ávidos
de nuevos y misteriosos descubrimientos diseccionan los cuerpos, el asombro no
cesa al darse cuenta que a pesar de ser aparentemente fósiles, los organismos
presentan signos de estar vivos. Al día siguiente, la base pierde todo contacto
con este grupo, y yendo en su búsqueda, nuestro protagonista se adentra en el
desierto blanco tan solo para darse cuenta, gracias a los cadáveres esparcidos,
que algo muy sádico ocurrió en el campamento de avanzada. Siguiendo rastros y
maravillas oscuras, se aventura junto a otro de los exploradores más adentro en
los confines de la Antártida a bordo de un aeroplano hasta descubrir una
antigua y terrorífica ciudad oculta tras las cumbres de una inconmensurable
montaña. Ambos exploradores se deciden a indagar sobre quienes podrían haber
construido aquella metrópolis y los horrores que descubren adentrándose en
dicha osadía solo tienen un final a la vista... la locura… o la muerte.
Tal como he dicho al principio, los horrores
que se vierten desde la retorcida y prodigiosa mente de Lovecraft nos brindara
por mucho, horas de suspenso y misterio; provocando que junto al ritmo de los
relatos nuestra imaginación también vaya cayendo en esa espiral de horrores y
paranoias. Definitivamente disfrute cada uno de los tres relatos recopilados en
este libro, que ha pasado a constituir uno de los estimados ejemplares de la colección.
Sin embargo, y aunque Lovecraft siempre supo administrar el ritmo que le
imprime a su obra, suele pasar como en una sinfonía de momentos muy agudos a
otros de reflexión que en algún punto se me llegaron a antojar ligeramente
excesivos; y como en otras ocasiones, llegue a sentir que estaba a punto de
suceder algo realmente importante y me trague diez paginas de rodeos para que
al final, igual y no ocurriera nada. Salvo ese pequeño detalle, los tres
relatos son increíbles y trepidantes.
Y Entonces…
Libro de novelas cortas de tono sombrio,
perfectamente disfrutable durante una semana. Dandonos el tiempo de saborear
los horrores que evoca y pausando para dar tiempo a nuestra imaginación, que
bombardeada de tantas sombrías imágenes, pueda reconstruir el universo Lovceraftiano
en todo su profano esplendor.
Me quedo con: lo intrincado que puede llegar a
ser cada relato dentro de toda la cosmogonía de Howard Phillips permitiéndome imaginar
esas historias paralelas que sin duda enriquecen cada relato.
No me gustó que: a la novela “En las montañas
de la locura” le podría haber inyectado un poco mas de acción, pero comprendo
que no es ese el estilo de Lovecraft.
¿Lo recomiendo? Por supuesto, lo recomiendo muy
ampliamente tanto a aquellos que ya hayan leído a este autor como a aquellos
que lo iniciaran con este recopilatorio.
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